Sendero de Chile

Distante a 33 kilómetros al este de Calama, II Región, este es uno de los sitios que recorre el tramo piloto del Sendero de Chile por la cuenca hidrográfica del río Loa.
El trazado cuenta con 35 kilómetros que comienzan en el pueblo atacameño de Lasana, que en quechua significa lugar de descanso, y que cuenta con una fortificación o pukará, el cual data de 1.200 D.C., que se presume constituía una fortaleza pacífica de prevención.
También es posible encontrar en medio del camino varios petroglifos en el llamado Cementerio de los Gentiles, donde destacan piezas zoomorfas que se podrán avistar en toda la zona.
Luego, en el poblado de Chiu Chiu destaca una de las iglesias más antiguas del país: San Francisco, construida alrededor de 1.600 D.C. y que aún es utilizada por los lugareños.

Resumen
La ruta, caracterizada por su grado de dificultad, se puede realizar en bicicleta, a caballo o a pie, con 18 señaléticas construidas con materiales típicos como piedra, madera, barro y paja, y que cuentan con información proporcionada por los atacameños.

Viaje

Este es uno de los viajes que más nos ha gustado, por la diversidad del recorrido, por la belleza de los paisajes, poblados cercanos para abastecerse y por la cantidad de historia y leyenda que guardan.

Esta vez optamos por hacer el recorrido del Sendero de Chile, correspondiente al sector de Lasana – Puente del Diablo. El Sendero es una iniciativa pública de carácter multisectorial, coordinada por la Comisión Nacional de Medio Ambiente, CONAMA, que se ha propuesto un imponente desafío; crear un corredor longitudinal que conecte Chile a lo largo de 8.500 kilómetros de recorrido, para ser transitado a pie, a caballo o en bicicleta, como nosotros, convirtiéndose en una de las rutas peatonales que atraviese más zonas de diversidad ecosistémicas del mundo.

Este viaje lo hicimos en dos días, partimos desde Calama y distante 33 km. de carretera pavimentada, con muchos desniveles, llegamos a la localidad de Chiu Chiu, allí buscamos un lugar donde quedarnos. Hotelería no hay mucha, pero la que hay es bastante buena.

Después de descansar un poco y comer algo, nos dirigimos hacia Lasana.
En el camino nos encontramos con una actividad muy típica de esta zona, la limpieza de canales, donde se une toda la comunidad, hombres, mujeres y niños para un bien común.

Bordeamos la cuenca hidrográfica del río Loa, a través de un camino de tierra, pero en muy buenas condiciones ya que tiene Bichufita, (una mezcla de Cloruro Magnésico Hidratado y tierra) y nos encontramos con la primera señalética del Sendero de Chile, hecha con madera de la zona y piedras, donde se muestra un mapa tallado del recorrido.
Al costado de este camino, hacia Lasana, nos encontramos con un lugar llamado El Descanso de Lucio, donde existen ruinas de viviendas antiguas y algunas hechas en grietas naturales. Construidas de piedras y algo de madera, aún hay vestigios de que viajero o campistas las han utilizado.

Un poco más adelante, nos encontramos con Sendero de Petroglifos, en el descanso en Lucio, donde se concentran petroglifos con variedad de figuras de camélidos, geometrías y representaciones antropomorfas.

Seguimos por el camino y llegamos hasta el Pukará de Lasana, fortaleza construida por los atacameños en el siglo XII, hoy son los restos de una fortaleza de 250 metros de largo, que presenta formidables técnicas de construcción. Los materiales consisten en piedras sin labrar y su distribución arquitectónica contempla 110 estructuras que forman conjuntos de piezas con angostos pasos interiores.
Las casas son diversas y varían en tamaño en relación a las piezas que involucraban, sumando las más amplias cinco piezas.
Sin embargo, cualquier tipo de casa contaba con dos silos dedicados al almacenamiento de alimentos -tales como el algarrobo, la carne y el maíz-, instalados en los patios o construidos subterráneamente.

Al frente del Pukará hay un restorán llamado El Tambo Valle de Lasana, donde venden comidas típicas de la zona y también ofrecen a los turistas menú internacional. El Pukará, el tambo y el camping, son administrados por las comunidades indígenas y en los veranos con el apoyo de jóvenes de la comunidad que estudian en las universidades del país.

Después de un descanso del almuerzo, nos dirigimos hasta Chiu Chiu, donde llegamos a descansar y por la noche comer algo y recorrer el pueblo en una visión diferente… de noche.

Al día siguiente y continuando por el Sendero, nos dirigimos a la Laguna Inca Coya (esposa del Inca), de la cual se cuenta una leyenda, habla de una princesa de nombre Colque Coillur, quien le dio un hijo al inca, y que era una hermosa mujer de ojos verde esmeralda que tras enamorarse y sufrir la traición de Atahualpa Yupanqui, inca proveniente del Cusco, Perú, decidió lanzarse junto con su hijo a la laguna del poblado.
Esa dramática historia, que se convirtió en un ancestral mito atacameño para explicar el color de esa fuente de agua, que se dice que no tiene de fondo, hoy sirve también para dar la bienvenida a los turistas.

Desde ese lugar y distante aprox. 19 km. se encuentra el puente del diablo, un corte en la riolita de 5 metros de ancho por donde el río circula a gran profundidad. Este puente fue construido por los mismos habitantes, a partir de una formación rocosa y relleno del sector.

En realidad, era muy profundo el corte de las rocas hasta llegar hasta el nivel del río. Damaris se puso para la foto lo más cerca que podía de la orilla.

Ya de vuelta en Chiu Chiu, y bastante cansados, una merecida comida en un lugar típico del lugar.

Ya al otro día nos dedicamos a compartir con las personas del lugar y ver qué hacen durante el día, nos llamó la atención una manada de ovejas pasando por el centro del pueblo, acompañadas por una pintoresca pastora.

Bueno eso ha sido todo, hemos realizado una nueva travesía, la que nos brinda una gran experiencia, una gran satisfacción y alegría a nuestro espíritu.

Hasta la próxima en una nueva BikeAventura!!!